¡Buenos días, queridos surcadores de letras! ¿Cómo van vuestras lecturas? El mes pasado se me pasó volando, ¿y a vosotros? Ya estamos en el ocaso del verano. Pero esto no altera nuestras lecturas, ¿verdad? Hoy vengo con un libro poco conocido (tuve que escanear la portada porque no la encontré en Internet) pero que me gustó mucho, y me alegro de que me lo encontrara aquel día.
Título: La verdad de los secretos
Autora: Sharon Shinn
Editorial: Ediciones El Andén
Encuadernación: tapa blanda con solapas
Páginas: 263
Argumento: Eleda es una contadora de verdades y su hermana gemela, Adele, una guardadora de secretos. Sus singulares habilidades hacen que a menudo acudan a ella los habitantes de Merendon, y en especial su amiga Roelynn, a quien su estricto padre quiere casar con el príncipe. Cuando llegan al pueblo un atractivo maestro de danza y su aprendiz, los sueños de las chicas empezarán a convertirse en realidad.
Como he adelantado antes, me encanta este libro. Lo he releído unas tres veces, y siempre me deja embelesada por su historia, por los personajes... Puede resultar, en ocasiones, un poco previsible (solo en ciertas cosas), pero se perdona por todo lo demás.La verdad de los secretos no se ambienta en la realidad; es más, no se especifica nada al respecto. El lector puede pensar que se trata de un mundo de fantasía, sin minutos ni horas, o bien pensar que se trata de un pasado lejano. La autora logra introducir al lector de lleno en la historia de la mano de la narración de Eleda, la contadora de verdades. Algo lógico, ¿no os parece?
Eleda cuenta de manera pasajera su niñez, junto a su hermana, de cómo se enteraron de sus dones... Ella puede mantenerse callada de primeras, es decir, ser una contadora de secretos no te hace ser una bocazas... otra cosa es si la preguntan. Adele, por el contrario, su hermana gemela, es una guardadora de secretos; todos en Merendon pueden contar con ella para desahogarse. Si bien puede parecer que Eleda "se mete más en problemas", Adele es más... rebelde, digamos, puesto que, cuando puede, se hace pasar por su hermana Eleda y va dando consejos, así porque sí (cosa que fastidio muchísimo a la propia Eleda). Luego tenemos a Roelynn, hija de Karro, un hombre con dinero y tierras, quien pretende hacerla casar con el Príncipe Darian. Pero ella se niega, y por ello, va flirteando con todos los chicos de clase baja que puede. Su hermano, Micah, mayor que ella, no lo ve bien, y siempre tiene que andar detrás de ella para evitarle problemas. El maestro de danza, George, llega al pueblo con su alumno, Alexander. Desde el primer momento, la presencia de estos dos extranjeros ponen patas arriba a Merendon... y a las chicas. Pero realmente, el personaje más importante de todos, es Melinda, la hacedora de sueños (lo que no significa que pueda concerdérselos a todo el mundo). Es Melinda quien descubre el don de las chicas, y la que, bueno... tiene la última palabra al final de la novela.
Lo que nos lleva al final. ¿Qué me pareció? No me gustó. Me en-can-tó. Es un alivio que, después de todo lo que va ocurriendo, el final sea digno. Y, respecto a lo que dije antes, hay cosas predecibles, pero el final os aseguro que no lo es. O, al menos, a mí me sorprendió mucho.
Resumiendo, lo recomiendo al cien por cien. Es un libro lleno de fantasía, magia, dones, misterios, amor... Sí, también resulta muy romántico, pero no tanto como para que resulte empalagoso. He leído por ahí que la portada no está bien... en mi opinión, a mí me parece muy adecuada. Hay algo que, la combinación de la ilustración y el título, te atrae y, cuanto menos, te invita a leer el argumento. Por cierto, vosotros, ¿qué preferiríais: ser contadores de verdades o guardadores de secretos? ¿Qué es más importante, tener en posesión la llave o el objeto con la cerradura?
Os deseo un feliz domingo.
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