Reseña: Nunca seré tu héroe

¡Hola a todos y todas! Nuevamente empiezo pidiendo disculpas por no actualizar el blog. Llevo un par de semanas horribles. Y hay que dar gracias a que me haya podido conectar este ratito. Hoy vengo con una reseña de...

Título: Nunca seré tu héroe

Autora: María Menéndez-Ponte

Editorial: SM (Gran Angular)

Encuadernación: tapa blanda sin solapas

Páginas: 235

Argumento: Andrés está harto del colegio, de los granos, del rollo de su madre, de la plasta de su hermana, de Jorge el birlanovias, de la vida en general y del profesor de historia en particular. Pero Dani y él se han propuesto cambiar el mundo y han hecho un conjuro que les hará inmunes a las fantasmadas de pijos, pelotas y demás aves carroñeras y los convertirá en héroes, Bueno, al menos eso es lo que estaba previsto. Si luego las cosas se tuercen...

Me ha encantado. El estilo de María hace que el lector se meta de lleno en la historia narrada por el propio protagonista, Andrés. Es muy difícil no llegar a formar parte de la vida de los personajes. Además el espacio no está inventado, es decir, transcurre en Madrid, por lo que los que vivan en esa ciudad se verán más involucrados. Aunque el entorno no es lo importante. Las reflexiones de Andrés y sus circunstancias harán al lector, viva donde viva, disfrutar la novela. 

Respecto a los personajes, vamos a comentar primero a Andrés, el protagonista. Él, como bien pone en el argumento, está harto de, en resumen, todo. Nada le anima a estudiar, nada le anima a ir a clase, nada le saca del pozo negro en el que está por culpa del birlanovias... Dani es su único amigo. Andrés se deja llevar al principio por los prejuicios que se sacan de Jorge: que es un pelota, un guaperas (rubio y ojos azules), un birlanovias, una rata de biblioteca... No obstante, y empujado un poco por Sara (su antes novia), descubrirá todo lo que esconden las personas. Que no todo lo que se ve a primera vista es lo que es. Igual le pasará con una compañera con la que entablarán una fuerte amistad, Belén. Esta chica es muy atractiva, todas las chicas quieren ser como ellas... Pero, cuando está en sus peores momentos, ella se esconde y, por tanto, nadie la consuela y todos se olvidan de ella. Y será ahí cuando Andrés descubra muchas cosas. El Andrés de la primera hoja no tiene comparación con el Andrés de la última hoja. Respecto a su amigo, Dani, es el típico de la clase que dice o hace incoherencias, es decir, el típico graciosillo de clase. A este le cuesta más madurar, puesto que no deja de vivir en las nubes; sus padres le dejan muy libre y no se da cuenta de las cosas. Por otro lado, Sara, no es la chica más guapa del instituto pero tiene un no-sé-qué que tiene loco a Andrés. Y es que, hablando de físicos, puede que Andrés tenga granos en la cara, pero es muy alto para sus quince años y también tiene un no-sé-qué que, curiosamente, también atraerá a chicas tan guapas como Belén... Porque ya se sabe que el físico no lo es todo. Estos son de su círculo del instituto, pero también están sus padres, su hermano mayor y su hermana menor. Con la que mejor se entiende es su hermana Paula que, aunque sea dos años menor que él, es una chica muy madura y con las ideas claras. Perfecta para ser detective. Su hermano mayor, Carlos, es un chico que siempre está encerrado en su cuarto estudiando. Solo sale para comer y poco más. Los personajes, en general, tienen un perfil muy complejo y el lector no dejará de sorprenderse hasta la última página.

El final deja muchas posibilidades. La autora quería dejarlo así aposta, seguramente para dar a entender que la historia de Andrés es como la vida: nunca paramos. Siempre que creemos que hemos zanjado algo, aparece otra cosa y así. Aunque hay momentos un poco fuertes y que en la vida real seguramente crearan traumas, María ha sido optimista y ha querido que la vida de todos los personajes vaya por el camino más alegre. Ya sabemos que después de la ventisca, viene el buen tiempo.

Resumiendo, que lo recomiendo sin lugar a dudas. Es un libro para disfrutar plenamente. No siempre te hará reír, pero hasta de lo malo salen cosas buenas. El lector reflexionará mucho, tenga la edad que tenga. A ver si leyendo este libro (si no lo habéis leído ya), eliminamos los prejuicios que tenemos. 

Os deseo un feliz sábado.