Reseña: El libro de los rostros

¡Muy buenos días! ¿Cómo van vuestras lecturas? Espero que bien. Hoy vengo con una nueva reseña. Espero que os guste...

Título: El libro de los rostros

Autores: Ana Alonso y Javier Pelegrín

Encuadernación: tapa blanda con solapas

Editorial: SM

PVP: 9'95

Páginas: 176

Argumento: Llevaba tiempo dándole vueltas. A lo mejor, a través de Facebook me resultaba más fácil relacionarme con la gente. ¿Y si me convertía en una persona diferente, con un nombre inventado? Sería como empezar de cero, al menos en Internet. Entonces me pareció una idea brillante. Pero ahora pienso en lo que hice y lo veo como lo que realmente fue: una gran estupidez. 

Es un libro muy bien pensado. Elijen una idea sencilla y, a partir de ahí, dejan volar su imaginación, haciendo que los acontecimientos se entrelacen y cambie la meta de la protagonista, Eva. Los autores han querido ir a caso hecho, es decir, las 176 páginas del libro están centradas en "la gran estupidez", como dice la protagonista. Si bien, contextualizan un poco la familia de Eva. La historia está narrada en primera persona. 

Respecto a los personajes... Voy a empezar con la familia de Eva. Los padres son los típicos que trabajan mucho; tanto, que se paran poco por casa. Mercedes, la madre, además de que está absorbida por el trabajo, está un poco obsesionada por sus hijas. En concreto, de su hija mayor, Eva. La presione para que haga amigos, pero Eva no se encuentra a gusto con nadie, pues los de su clase no la entienden y los amigos de su hermana pequeña, Lucía, no le caen muy bien. El padre de Eva es más pasivo. No le da tanta importancia la situación de soledad de Eva. La hermana de Eva, Lucía, de quince años, es más que una hermana para Eva. Se cuentan confidencias. Es más, Eva llega a desvelarle solo a su hermana Lucía lo de la cuenta de Facebook. No obstante, Lucía no deja de ser la más pequeña y, por tanto, su papel en la historia tampoco va más allá. Eva es un personaje complejo. Si bien al principio parece ser una chica demasiado seria y un poco desagradable, pronto el lector descubre que es una muchacha desorientada, que va a pasar a la mayoría de edad y cuyas aficiones, como por ejemplo leer, nadie las comprende. Se siente sola y presionada por su madre, que no la deja vivir. Sin encontrar otro remedio, decide probar a crear una cuenta en Facebook con otro nombre. Lo hace un poco para descubrir cuál es el problema. ¿Por qué los de su clase se meten con ella? ¿Por qué su madre no deja de entrometerse tanto en su vida? Si es otra persona, ¿la verán con mejores ojos? Luego está David, Carlos, Amelia, Óscar Lagos y los trescientos amigos que la mensajean por Facebook. Al principio, Eva no entiende nada de nada. Defraudada, se cree dar cuenta de que el problema es ella; si no fuera ella y fuera otra chica, tendría más amigos y sería aceptada. No obstante, todo cambia a medida que van pasando los días. No tarda en descubrir todo el pastel. Se sorprende de cómo da un giro su vida de forma radical. Aunque ha encontrado amigos, sabe que suplantar el nombre de una persona está muy mal, por lo que decide cortarlo en la primera oportunidad que tenga. Pero, ¿y si es demasiado tarde?

Resumiendo, es un libro lleno de intriga. Cuando se descubre algo, y parece que el libro no te va a sorprender más, llega otro acontecimiento que te dejará con la boca abierta. El final me ha encantado. Si bien parecía que no... luego sí. Lo que más me gusta del libro, a parte de la edición tan chula (con las letras en relieve, tanto el título, como el argumento en la contraportada y en las solapas) y el olor que echa el libro, es el título; concretamente, el motivo del título. Ojalá se me hubiera ocurrido a mí jaja... Lo recomiendo cien por cien. Es una lectura ligera y el precio es muy asequible. 

Lo que yo saco en conclusión de este libro es que el destino no se puede controlar. Y que, siendo uno mismo, se gana mucho más. Si nadie te hace caso, no cambies; te ignoran porque no están a tu altura.

Os deseo un feliz viernes.