¡Muy buenas, surcadores de letras! ¿Cómo van vuestras lecturas? Esta vez vengo con una reseña de un libro que me impactó, que me sorprendió mucho y que, para qué negarlo, me tocó el corazón.
Título: Paraíso inhabitado
Autora: Ana María Matute
Editorial: Destino. Booket
Encuadernación: tapa blanda sin solapas
PVP: 8'95€
Páginas: 396
Argumento: "Nací cuando mis padres ya no se querían", recuerda Adriana, mucho después de que todo haya sucedido. Por ello, la niña se crea un paraíso propio, poblado por amigos imaginarios y una familia de su elección.
Esta felicidad a medida se ve perturbada cuando Adriana debe iniciar el periplo escolar y entrar definitivamente en el mundo de los adultos, un entorno que le resulta ajeno cuando no hostil. Sin embargo, siempre queda un refugio bajo los cristales de la lámpara del salón.
Una Novela. Con mayúsculas. Y es que no podía ser menos, tratándose de Ana María Matute. Una historia sublime, entrañable, narrada por la propia Adriana. Como está contada por esta niña, muchas cosas quedan a desconocimiento del lector, puesto que ella no le da mayor importancia. Y es que Ana María Matute ha sabido presentar una historia triste o, mejor dicho, nostálgica, mezclada con una fantasía ideal. En principio, sospecho que se ambienta en los años 30, por la mención a las películas de Shirley Temple y otros detalles como que su tía es de las pocas mujeres que conduce.
Los personajes están muy bien trabajados. Claro que nuestra percepción de ellos como lectores está condicionada, puesto que los conocemos por el punto de vista de Adriana (por lo que es subjetivo). De hecho, los personajes (que son, en su mayoría, familiares de la niña) que le caen bien a Adriana, para bien o para mal, también nos caen bien a nosotros los lectores. Porque Adriana es feliz y cuenta cosas bonitas. Tenemos por ejemplo a su tía Eduarda, hermana de su madre, que es una mujer de lo más moderna. Que se codea con gente que no "sigue los protocolos", que cree en el feminismo, que anima a su hermana a divorciarse y olvidarse del qué dirán. Eduarda llevará de la mano a Adriana por círculos que nunca había visto y que la harán sentirse integrada (algo que le cuesta mucho en su casa y en el colegio). También tenemos a Sagrario (Tata) y a Isabel, las... doncellas de la casa. Sagrario es la mayor, la sensata, mientras que Isabel es una mujer de treinta-cuarenta años que, si bien al principio no se lleva muy bien con Adriana, acabarán siendo muy amigas y confidentes. Pero sin duda, el que cambia la vida por completo a Adriana, es Gavi, un niño ruso cuya madre es bailarina y no es una familia muy bien vista por la sociedad... Y el Unicornio, sin lugar a dudas, me atrevo a decir que es el segundo protagonista principal.
El final me sobrecogió, pero no por nada así escandaloso ni nada por el estilo. Me hizo reflexionar del tiempo, que pasa volando, de las personas que forman parte de nuestra vida, de las que se van y las que vienen, de la madurez...
Resumiendo, es una lectura para jóvenes-adultos. Muy bien descrita y con personajes muy bien trazados. Realmente, la historia cuenta cómo ve el mundo una niña, cómo se enfrenta a los problemas, quién la entiende y quién no. La importancia de unos padres comprensivos y una sociedad libre. Es una historia que a muchos puede resultar algo lenta y tediosa, pero es imprescindible seguir paso a paso, marcado por la autora, para comprender la historia. Para mí, Paraíso inhabitado es un libro lleno de ingenio, imaginación, sorpresas... aunque también de incomprensión, represión y etiquetas. Es un libro que os hará soñar, a volver a ser niños otra vez.
Os deseo un feliz viernes.
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