¡Buenos días, queridos surcadores de letras! ¿Cómo estáis? Espero que bien. ¿Y qué tal avanzáis en vuestras lecturas? Por mi parte, tengo menos tiempo para leer, pero cuando me pongo devoro el libro en cuestión ja,ja,ja Hoy vengo con la reseña de un libro que, ya os adelanto, tenía muchas expectativas puestas en él:
Autores: Costa Alcalá
Editorial: Nocturna
Encuadernación: tapa blanda con solapas
PVP: 18'00€
Páginas: 668
Argumento: A principios del siglo XVIII, las colonias británicas bullen de actividad: hay cazatesoros, inquisidores y nativos, y los monstruos campan a sus anchas. Allí es a donde envían a las hermanas Woodcombe: Olive, fascinada por todo lo que encuentra, y Hester, obsesionada con una melodía que puede salvar o condenar todo lo que ama.
Tenía muchas ganas de leer este libro. Me atraía mucho el argumento y el hecho de que sería el primer libro que leyese de este dúo de autores. Está muy bien los detalles de las ilustraciones que están repartidas por el libro y que el lector las va viendo a medida que avanza en la lectura. La historia está narrada en tercera persona, desde distintos puntos de vista, en presente alternando con el pasado/recuerdos. La historia comienza cuando Olive, la hermana pequeña Woodcombe, decide bajarse de un barco que la llevaría directa a su prometido (prometido que ha elegido su padre por ella) para ver a su hermana, Hester. A partir de ahí, el lector va conociendo a los personajes y la situación se va poniendo cada vez más difícil y tensa. Los autores han mezclado realidad con ficción, algo que puede ser interesante pero que a mí al final no me ha convencido, ya que las cuestiones ficticias, los monstruos y demás, no se les ha sacado mucho partido, puesto que se "dan por sabidas" al simular que es la realidad (por ejemplo, no se va a explicar cómo es un perro, puesto que todos sabemos cómo es).
El protagonismo lo comparten cuatro personajes, cuyas ilustraciones se han incluido al final del libro. Hester es, en mi opinión, la más importante. Tiene entre manos un proyecto muy importante, que es dar con una melodía que está relacionada con la magia, una magia ancestral y de dimensiones incalculables. Olive, su hermana pequeña, es ingenua y algo tozuda, es la que lleva el peso de la aventura, el huir de los bandidos... digamos que aporta la acción (al menos la primera mitad del libro, donde ya no dejan títere con cabeza). Por otra parte, tenemos a Hernán, un hombre valiente, que no pertenece ni a los colonos ni a los nativos por ser mestizo. Está enamorado de Hester, y hará todo lo posible y más por ayudarla en buscar y desentrañar esa melodía. Y también está Maai, una indígena que será quien consiga que Olive no se meta en líos de los que sería muy difícil salir. La música de los prodigios, a mi parecer, tiene como punto fuerte los personajes. Son complejos y están muy bien trazados. En mi caso, mis preferidos son Hester y Hernán (¡ay de mí!).
El final me impresionó. Es totalmente inesperado. Con una trama principal tan potente, tampoco cabía esperar menos.
Resumiendo, La música de los prodigios cumple con unos cuantos parámetros perfectos para atraer a muchos lectores. En general, me parece un libro interesante, pero algunos capítulos se me hicieron un poco largos, la marcha de la lectura se me hacía un poco tediosa. Pensaba que se sacaría mayor partido a los seres que Costa Alcalá habían creado. También me ha parecido que ha faltado algo de romanticismo, las relaciones de pareja/amantes me han resultado un poco frías. No obstante, me ha gustado darle una oportunidad, haberlo leído y de haberlo disfrutado. Por lo tanto, sí, lo recomiendo.
